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jueves, 11 de junio de 2009

El agua en el Islam

El agua en el Islam


Por Francesca De Chatel

Siendo una religión universal nacida inicialmente en los áridos desiertos de Arabia para completar el mensaje de los anteriores profetas y hacer descender la revelación en su último mensaje (Qur’an), el Islam dota con las más sagradas cualidades al agua, como dadora de vida, y fuente de sustento y purificación. Es el origen de toda la vida en la tierra, la sustancia de la cual Allah creó al hombre (Surat Al-Furqan, 25:54). El Quran enfatiza su importancia capital: "Hemos hecho de agua todo ser viviente" (Surat Al-Anbiyaa’ 21:30). El agua es el elemento primario que existió incluso antes que los cielos y la tierra: "Y es Él (Allah) quién creó los cielos y la tierra en seis días, y su Trono estaba sobre las aguas" (Surat Hud 11:7).

El agua de la lluvia, ríos y fuentes fluye a través de las páginas del Quran para simbolizar la benevolencia de Allah: "Él (Allah) hace descender lluvia salvadora para ellos cuando ellos han perdido toda la esperanza, y esparce su misericordia a su alrededor" ( Surat Al-Furqan 25:48). Al mismo tiempo, a los creyentes se les recuerda constantemente que es Allah Quien provee de agua dulce a las personas, y que Él puede también fácilmente detenerla: "Considerad el agua de la cual bebéis. ¿Fuistéis vosotros los que la hicistéis bajar de la nube o Nosotros? Si nos hubiera complacido, la habríamos hecho amarga". (Surat Al-Waqi`ah 56:68-70). En este versículo se advierte a los creyentes que ellos son sólo los guardianes de la creación de Allah en la tierra; ellos no deben desvirtuar Su Ley entre sus propias manos.

Ahorrar agua

“La limpieza es la mitad de la fe,” dice el Rasul (saws) a sus Compañeros en uno de sus hadices. Estas bien conocidas y frecuentemente repetidas palabras, revelan no sólo la importancia capital de la pureza y la limpieza, sino también el papel esencial que el agua juega en el Islam. La purificación a través de la ablución (wudu') es un componente obligatorio del ritual de la oración islámica (salat); las oraciones llevadas a cabo en un estado impuro no son válidas. Esto quiere decir que los musulmanes están obligados a llevar a cabo la ablución ritual antes de cada una de las cinco oraciones diarias. Por otro lado, un ritual más exhaustivo se requiere en ocasiones específicas (gusl).
El Rasul (saws) insistía en la moderación y el ahorro en el uso del agua durante la ablución. El advirtió que cada paso del wudu’ (ablución) no debería hacerse más de tres veces antes de cada oración; el mismo Muhammad (saws) se lavaba cada parte solamente dos o tres veces, sin hacerlo nunca más de tres, incluso en el caso de que hubiera abundancia de agua. Los comentaristas añadieron "Los hombres de ciencia desaprueban la exageración y también el exceder el número de abluciones del Profeta (saws).”

El Islam también ofrece solución para las épocas de escasez, usando las acciones del Profeta (saws) como guía. Un día cuando el Profeta Muhammad (saws) estaba de viaje por el desierto con sus Compañeros, su esposa A’ishah (r.a.) perdió su collar. Ellos estuvieron bastante tiempo buscándolo, y cuando llegó el tiempo de la oración, el grupo no estaba cerca de una fuente de agua. Fue entonces cuando Allah Sobhana ua Ta'ala reveló el ritual del tayammum (ablución seca) al Profeta: "Oh vosotros los creyentes, … si estás enfermos o de viaje … y no podéis encontrar agua, entonces recurrid al polvo limpio y frotad ligeramente vuestra cara y vuestras manos con ello" (SuratAn-Nisaa’ 4:43). La tierra limpia se puede de este modo usar como un sustituto del agua en circunstancias excepcionales. De hecho, el Profeta (saws) reconoció la naturaleza pura de la tierra cuando dijo, “La tierra ha sido creada para mí como una mezquita y como medio de purificación.”

El agua y la Ley Islámica.


El árido clima desértico de Arabia, Oriente Próximo y el Sahara del Norte de Africa convierte al agua en un recurso altamente valioso y precioso. La Ley Islámica, la Shari`ah, se mete en grandes detalles en el tema del agua para asegurar la justa y equitativa dsitribución del agua en la comunidad.

La misma palabra Shari`ah está cercanamente relacionada con el agua. Está incluida en los antiguos diccionarios árabes y significaba originariamente "el lugar desde el cual uno desciende al agua". Antes del advenimiento del Islam en Arabia, la shari`ah era, de hecho, una serie de reglas sobre el uso del agua: shir`at al-maa’ eran los permisos que daban derecho a beber el agua. El término posteriormente se desarrolló técnicamente para incluir el corpus de leyes y normas prescritas por Allah.

El agua es un don de Allah. Es una de las tres cosas que se han autorizado a todo ser humano: la hierba (pasto para el ganado) el agua y el fuego. El agua debería ser de libre acceso para todos, y todo musulmán que retiene el agua que no necesita peca contra Allah: “Nadie puede negar el agua que sobra sin pecar contra Allah y contra el hombre.” Los hadices dicen que entre los tres tipos de personas que Allah ignorará en el Yaum al Qiam, estará “el hombre que, teniendo agua en abundancia superando sus necesidades, se la niegue a un viajero.”

Hay dos preceptos fundamentales que guían los derechos al agua en la Shari`ah: shafa, el derecho del sediento, establece el derecho universal de los seres humanos a saciar su sed y la de sus animales; shirb, el derecho al riego, da a todos el derecho a regar sus cosechas.

El agua en las imágenes del Paraíso islámico (Yanna)


Las metáforas del Qur’an en las cuales el agua es usada para simbolizar el Yanna, la rectitud, y la misericordia de Allah, son muy frecuentes. Desde las numerosas referencias en el Quran a los refrescantes ríos, la fresca lluvia, y las fuentes de agua de deliciosos sabores en el Yanna, se puede deducir que el agua es la esencia de los jardines del Yanna. El agua fluye por debajo y a través de ellos, trayendo frescura y verdor, y aplacando la sed. Los creyentes serán recompensados por su piedad con "ríos de agua siempre corriente; y ríos de leche que no cambian de sabor; y ríos de vino deliciosos para los que lo beben, y ríos de miel purificada" (Surat Muhammad 47:16). El agua del Yanna nunca se estanca; fluye, corre, a diferencia de las aguas corrosivas del Yahannam. El Qur'an también compara las aguas del Paraíso (Yanna) con la rectitud moral: "En el Jardín no hay charlas banales; hay una fuente que brota" (Surat Al-Ghashiyah 88:11-12).

La gran cantidad de referencias específicas sobre la topografía del Yanna en el Qurán han llevado a muchos intentos para trazar un mapa del Paraíso. A través de la historia, los gobernantes musulmanes desde la España islámica hasta Persia buscaron reproducir la imagen del Paraíso en el diseño de sus jardines palaciegos, creando elaboradas composiciones con base en el agua, piscinas y fuentes. Los jardines de la Alhambra, en Granada, los jardines de Bagh-é-Tarikhi en Kashan (Irán), y los jardines del palacio imperial de Marrakesh (Marruecos) dan testimonio de este deseo de emular el Paraíso descrito en Qur'an aquí, en la tierra. Todos están diseñados en torno al agua, y con fuentes que han sido sutilmente entretetejidas en el diseño de los hermosos parques, combinando así el agua con la belleza del paisaje natural, para llenar el alma humana con fé, alegria y felicidad.

martes, 23 de diciembre de 2008

Maria, madre de Jesus

En estos días en que los cristianos se preparan para celebrar el nacimiento de Jesús, tal vez muy pocos sepan que la Virgen María es también una figura clave en la religión que agrupa al mayor número de personas en el planeta, el Islam.
Muchas musulmanas ven en la Virgen María un ejemplo a seguir por su dedicación a Dios y miles de ellas se llaman Maryam en su honor.
Tan importante es la madre de Jesús para el Islam que una sura o capítulo del Corán lleva su nombre: Maryam (María en árabe).
De los 114 capítulos que componen el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, la sura 19 es la única que lleva el nombre de una mujer.
"Cuando mencionamos el nombre de María añadimos la frase: 'la paz esté con ella'. María es una mujer sumamente respetada por los musulmanes y quien no la honre no puede considerarse musulmán", le dijo a BBC Mundo Ahmad Mahir Sabik, director de la organización Muslim Welfare House (Casa de asistencia para el musulmán), con sede en Londres.
Según los musulmanes, seis siglos después del nacimiento de Jesús, Dios le reveló el Corán al profeta Muhammad por medio del ángel Gabriel, el mismo que, según el cristianismo y el Islam, le anunció a María que estaba embarazada.
Más que un nombre
Literatura especializada en el Islam señala que en el Corán, María es nombrada más veces que cualquier miembro de la familia del profeta Mahoma. De hecho, su nombre aparece 34 veces en el Corán.
En el Corán, cuando se hace mención a Jesús se añade: "hijo de María".
El catolicismo, la segunda religión con mayor cantidad de seguidores en el mundo, reconoce la admiración del Islam por María.
"Para los musulmanes, la Virgen María también tiene su importancia, ellos la respetan y la honran", le dijo a BBC Mundo el padre Jesús Pérez, líder de la Capellanía Latinoamericana de Londres.
Una mujer inmaculada
De acuerdo con Mahir Sabik, la trascendencia de María en el Islam radica principalmente en el hecho de que fue la madre de Jesús (Isa en árabe).
Nosotros creemos que el único que puede beneficiarnos, en esta vida y en la próxima, es Allah. Entonces ¿por qué deberíamos venerar a alguien más si Allah es quien lo puede todo?
Ahmad Mahir Sabik, director de la organización Muslim Welfare House (Casa de asistencia para el musulmán), Londres
Para los musulmanes, Jesús fue -como Abraham, Moisés, Muhammad- un mensajero de Dios.
El Islam, al igual que el cristianismo, cree que la concepción de Jesús fue un milagro.
En la sura de la Familia de Imrán se encuentra el relato en el que se le anuncia "la buena nueva" a María, la revelación de que será la madre de quien el texto denomina el "Ungido".
La respuesta de María aparece en el verso 47:
"¡Señor mío! ¿Cómo voy a tener un hijo si ningún hombre me ha tocado?"
Más adelante, en la sura de Los profetas, se enfatiza la castidad de María: "Y aquella que conservo su virginidad (Maryam), insuflamos en ella parte de Nuestro espíritu e hicimos de ella y de su hijo un signo para todos los mundos".
Fortaleza en la soledad
Pese a que ambas religiones comparten su admiración por María, existen diferencias cruciales en la historia de la madre de Jesús.
A diferencia del cristianismo, en el Islam no existe José, quien según la Biblia era el esposo de María. De hecho, para los musulmanes la madre de Jesús no estaba casada cuando quedó embarazada.
Como explica Mahir Sabik, María decidió alejarse de su familia y de su comunidad para dar a luz completamente sola bajo la sombra de una palmera.
El Corán relata el nacimiento de Jesús en los versos que van del 22 al 25 de la sura María:
"Así pues lo concibió y se retiró a un lugar apartado. Y le sobrevino el parto junto al tronco de la palmera. Dijo: '¡Ojalá hubiera muerto antes de esto, desapareciendo en el olvido!'
Y la llamó desde abajo: 'No te entristezcas, tu Señor ha puesto un arroyo a tus pies'.
'Sacude hacia ti el tronco de la palmera y caerán dátiles maduros y frescos'".
La valentía de una mujer
Pese a que en la historia del Islam existen muchas mujeres a quienes las musulmanas admiran (como las esposas e hijas del profeta Muhammad), María representa un modelo a seguir para muchas de ellas, según le dijo a BBC Mundo, Asmaa Rezki, una joven musulmana que trabaja en la mezquita londinense de Finsbury Park.
"María fue escogida por Dios, entre todas las mujeres del mundo, para ser la madre de uno de sus profetas. Ella es un símbolo de pureza y un ejemplo de sometimiento a Dios", dijo Rezki.
La madre de Jesús también es un ejemplo de paciencia y de valentía para los musulmanes, pues de regreso a su comunidad, María fue cuestionada como se lee en los versos de la sura María.
"Y llegó a su gente llevándolo en sus brazos y dijeron: '¡Maryam! Has traído algo muy grave.
¡Hermana de Aarón! Tu padre no ha sido un hombre de mal ni tu madre una fornicadora'.
De acuerdo con el Corán, Jesús habló siendo un recién nacido: "Yo soy el siervo de Allah. Él me ha dado el libro y me ha hecho profeta".
Sin venerar
Una de las principales discrepancias entre el Islam y el catolicismo se hace absolutamente clara en la interpretación que hace cada religión de María y de su hijo.
"Para los católicos, la Virgen María es la madre de Dios, ya que Cristo es Dios hecho hombre y Cristo nació de María", le dijo a BBC Mundo el sacerdote Pérez.
Para los musulmanes, por su parte, Jesús no es Dios y, por ende, María no es la madre de Dios.
"Jesús, la paz esté con él, fue el hijo de María y no de Dios", le enfatizó a BBC Mundo Muhammadali Ibrahim Bokhari, supervisor general de la Asociación de la liga mundial musulmana, desde Caracas.
"Creemos que Jesús fue un siervo de Dios, igual que creemos que su madre fue una santa sierva de Dios. Ninguno de los dos son socios de Dios en la administración del universo", acotó.
En el Islam, ni María ni Jesús son vistos como intercesores ante Dios. Fueron seres humanos a quienes -de acuerdo con esta religión- no se les reza ni se les pide nada.
"Nosotros creemos que el único que puede beneficiarnos, en esta vida y en la próxima, es Alá. Entonces ¿por qué deberíamos venerar a alguien más si Alá es quien lo puede todo? (...) María no puede ayudarnos", señaló Mahir Sabik.
Imágenes
Las representaciones de las diferentes advocaciones de María son una constante tanto en los templos cristianos como en las casas, los vehículos, las billeteras y las prendas de muchos de sus feligreses.
La Iglesia Católica sostiene que la oración que sus fieles dirigen a María no es adoración a la imagen de la madre de Jesús. Enfatiza, además, que las súplicas hechas a María buscan su intermediación ante Dios, que según el Misterio de la Santa Trinidad, se hizo hombre en Jesús.
El Islam, por su parte, es reacio a que los profetas sean representados a través de imágenes de cualquier tipo. En las mezquitas, por ejemplo, no existen imágenes de personas. En sus paredes hay versos del Corán en caligrafía árabe.
La corriente sunita del Islam considera que también es ofensivo representar a María. Sin embargo, muchos chiitas se muestran más flexibles ante las imágenes de los líderes del Islam.
De hecho, una película iraní llamada Maryam al-Muqaddash (La honorable santa María) recrea los versos del Corán que relatan la historia de María, quien es interpretada por una joven actriz.
Un puente
Pese a que muchas partes de América Latina son consideradas regiones devotas a María, la interpretación que se tiene de ella en otras religiones no ha sido ampliamente propagada.
Teniendo ambas (religiones) a María como una figura histórica, como la madre de Jesús, puede ser que María influya tanto en ellos (musulmanes) como en nosotros para que podamos vivir ese plan de Dios: hacer que el mundo sea mejorJesús Pérez, sacerdote líder de la Capellanía Latinoamericana, Londres
"En nuestras charlas y conferencias (en América Latina) hablamos sobre María, pero sabemos que es un tema que va a necesitar mucho tiempo para ser difundido. El amor que tenemos por María y por Jesús es lo que encamina a mucha gente hacia el Islam, es lo que hace que muchos católicos y protestantes se conviertan", concluyó Ibrahim Bokhari desde Venezuela.
En una época en que los líderes espirituales del mundo apuestan por un diálogo interreligioso ¿podría María ser un puente de entendimiento entre el cristianismo y el Islam?.
Algunos, como el padre Jesús Pérez, son optimistas.
"Teniendo ambas (religiones) a María como una figura histórica, como la madre de Jesús, puede ser que María influya tanto en ellos (musulmanes) como en nosotros para que podamos vivir ese plan de Dios: hacer que el mundo sea mejor".