miércoles, 24 de diciembre de 2008

martes, 23 de diciembre de 2008

Maria, madre de Jesus

En estos días en que los cristianos se preparan para celebrar el nacimiento de Jesús, tal vez muy pocos sepan que la Virgen María es también una figura clave en la religión que agrupa al mayor número de personas en el planeta, el Islam.
Muchas musulmanas ven en la Virgen María un ejemplo a seguir por su dedicación a Dios y miles de ellas se llaman Maryam en su honor.
Tan importante es la madre de Jesús para el Islam que una sura o capítulo del Corán lleva su nombre: Maryam (María en árabe).
De los 114 capítulos que componen el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, la sura 19 es la única que lleva el nombre de una mujer.
"Cuando mencionamos el nombre de María añadimos la frase: 'la paz esté con ella'. María es una mujer sumamente respetada por los musulmanes y quien no la honre no puede considerarse musulmán", le dijo a BBC Mundo Ahmad Mahir Sabik, director de la organización Muslim Welfare House (Casa de asistencia para el musulmán), con sede en Londres.
Según los musulmanes, seis siglos después del nacimiento de Jesús, Dios le reveló el Corán al profeta Muhammad por medio del ángel Gabriel, el mismo que, según el cristianismo y el Islam, le anunció a María que estaba embarazada.
Más que un nombre
Literatura especializada en el Islam señala que en el Corán, María es nombrada más veces que cualquier miembro de la familia del profeta Mahoma. De hecho, su nombre aparece 34 veces en el Corán.
En el Corán, cuando se hace mención a Jesús se añade: "hijo de María".
El catolicismo, la segunda religión con mayor cantidad de seguidores en el mundo, reconoce la admiración del Islam por María.
"Para los musulmanes, la Virgen María también tiene su importancia, ellos la respetan y la honran", le dijo a BBC Mundo el padre Jesús Pérez, líder de la Capellanía Latinoamericana de Londres.
Una mujer inmaculada
De acuerdo con Mahir Sabik, la trascendencia de María en el Islam radica principalmente en el hecho de que fue la madre de Jesús (Isa en árabe).
Nosotros creemos que el único que puede beneficiarnos, en esta vida y en la próxima, es Allah. Entonces ¿por qué deberíamos venerar a alguien más si Allah es quien lo puede todo?
Ahmad Mahir Sabik, director de la organización Muslim Welfare House (Casa de asistencia para el musulmán), Londres
Para los musulmanes, Jesús fue -como Abraham, Moisés, Muhammad- un mensajero de Dios.
El Islam, al igual que el cristianismo, cree que la concepción de Jesús fue un milagro.
En la sura de la Familia de Imrán se encuentra el relato en el que se le anuncia "la buena nueva" a María, la revelación de que será la madre de quien el texto denomina el "Ungido".
La respuesta de María aparece en el verso 47:
"¡Señor mío! ¿Cómo voy a tener un hijo si ningún hombre me ha tocado?"
Más adelante, en la sura de Los profetas, se enfatiza la castidad de María: "Y aquella que conservo su virginidad (Maryam), insuflamos en ella parte de Nuestro espíritu e hicimos de ella y de su hijo un signo para todos los mundos".
Fortaleza en la soledad
Pese a que ambas religiones comparten su admiración por María, existen diferencias cruciales en la historia de la madre de Jesús.
A diferencia del cristianismo, en el Islam no existe José, quien según la Biblia era el esposo de María. De hecho, para los musulmanes la madre de Jesús no estaba casada cuando quedó embarazada.
Como explica Mahir Sabik, María decidió alejarse de su familia y de su comunidad para dar a luz completamente sola bajo la sombra de una palmera.
El Corán relata el nacimiento de Jesús en los versos que van del 22 al 25 de la sura María:
"Así pues lo concibió y se retiró a un lugar apartado. Y le sobrevino el parto junto al tronco de la palmera. Dijo: '¡Ojalá hubiera muerto antes de esto, desapareciendo en el olvido!'
Y la llamó desde abajo: 'No te entristezcas, tu Señor ha puesto un arroyo a tus pies'.
'Sacude hacia ti el tronco de la palmera y caerán dátiles maduros y frescos'".
La valentía de una mujer
Pese a que en la historia del Islam existen muchas mujeres a quienes las musulmanas admiran (como las esposas e hijas del profeta Muhammad), María representa un modelo a seguir para muchas de ellas, según le dijo a BBC Mundo, Asmaa Rezki, una joven musulmana que trabaja en la mezquita londinense de Finsbury Park.
"María fue escogida por Dios, entre todas las mujeres del mundo, para ser la madre de uno de sus profetas. Ella es un símbolo de pureza y un ejemplo de sometimiento a Dios", dijo Rezki.
La madre de Jesús también es un ejemplo de paciencia y de valentía para los musulmanes, pues de regreso a su comunidad, María fue cuestionada como se lee en los versos de la sura María.
"Y llegó a su gente llevándolo en sus brazos y dijeron: '¡Maryam! Has traído algo muy grave.
¡Hermana de Aarón! Tu padre no ha sido un hombre de mal ni tu madre una fornicadora'.
De acuerdo con el Corán, Jesús habló siendo un recién nacido: "Yo soy el siervo de Allah. Él me ha dado el libro y me ha hecho profeta".
Sin venerar
Una de las principales discrepancias entre el Islam y el catolicismo se hace absolutamente clara en la interpretación que hace cada religión de María y de su hijo.
"Para los católicos, la Virgen María es la madre de Dios, ya que Cristo es Dios hecho hombre y Cristo nació de María", le dijo a BBC Mundo el sacerdote Pérez.
Para los musulmanes, por su parte, Jesús no es Dios y, por ende, María no es la madre de Dios.
"Jesús, la paz esté con él, fue el hijo de María y no de Dios", le enfatizó a BBC Mundo Muhammadali Ibrahim Bokhari, supervisor general de la Asociación de la liga mundial musulmana, desde Caracas.
"Creemos que Jesús fue un siervo de Dios, igual que creemos que su madre fue una santa sierva de Dios. Ninguno de los dos son socios de Dios en la administración del universo", acotó.
En el Islam, ni María ni Jesús son vistos como intercesores ante Dios. Fueron seres humanos a quienes -de acuerdo con esta religión- no se les reza ni se les pide nada.
"Nosotros creemos que el único que puede beneficiarnos, en esta vida y en la próxima, es Alá. Entonces ¿por qué deberíamos venerar a alguien más si Alá es quien lo puede todo? (...) María no puede ayudarnos", señaló Mahir Sabik.
Imágenes
Las representaciones de las diferentes advocaciones de María son una constante tanto en los templos cristianos como en las casas, los vehículos, las billeteras y las prendas de muchos de sus feligreses.
La Iglesia Católica sostiene que la oración que sus fieles dirigen a María no es adoración a la imagen de la madre de Jesús. Enfatiza, además, que las súplicas hechas a María buscan su intermediación ante Dios, que según el Misterio de la Santa Trinidad, se hizo hombre en Jesús.
El Islam, por su parte, es reacio a que los profetas sean representados a través de imágenes de cualquier tipo. En las mezquitas, por ejemplo, no existen imágenes de personas. En sus paredes hay versos del Corán en caligrafía árabe.
La corriente sunita del Islam considera que también es ofensivo representar a María. Sin embargo, muchos chiitas se muestran más flexibles ante las imágenes de los líderes del Islam.
De hecho, una película iraní llamada Maryam al-Muqaddash (La honorable santa María) recrea los versos del Corán que relatan la historia de María, quien es interpretada por una joven actriz.
Un puente
Pese a que muchas partes de América Latina son consideradas regiones devotas a María, la interpretación que se tiene de ella en otras religiones no ha sido ampliamente propagada.
Teniendo ambas (religiones) a María como una figura histórica, como la madre de Jesús, puede ser que María influya tanto en ellos (musulmanes) como en nosotros para que podamos vivir ese plan de Dios: hacer que el mundo sea mejorJesús Pérez, sacerdote líder de la Capellanía Latinoamericana, Londres
"En nuestras charlas y conferencias (en América Latina) hablamos sobre María, pero sabemos que es un tema que va a necesitar mucho tiempo para ser difundido. El amor que tenemos por María y por Jesús es lo que encamina a mucha gente hacia el Islam, es lo que hace que muchos católicos y protestantes se conviertan", concluyó Ibrahim Bokhari desde Venezuela.
En una época en que los líderes espirituales del mundo apuestan por un diálogo interreligioso ¿podría María ser un puente de entendimiento entre el cristianismo y el Islam?.
Algunos, como el padre Jesús Pérez, son optimistas.
"Teniendo ambas (religiones) a María como una figura histórica, como la madre de Jesús, puede ser que María influya tanto en ellos (musulmanes) como en nosotros para que podamos vivir ese plan de Dios: hacer que el mundo sea mejor".

lunes, 22 de diciembre de 2008

La niña que aprendio a reir


LA NIÑA QUE APRENDIO A REIR

Hay muchas personas que no saben reír, les cuesta hacerlo o simplemente no tienen motivos para ello. La niña de nuestra historia tenía pocos motivos para reír, por eso nunca aprendió a hacerlo.
Por las mañanas iba a la escuela como todos los niños, pero luego a ella no la recogía nadie, sino que volvía siempre sola y tampoco volvía a su casa a disfrutar de su merienda y a jugar con sus muñecas, aquella niña se iba a un taller metalúrgico y taladraba medallas con una maquina de varias toneladas que a veces casi le aplastaba sus deditos. En aquella época el trabajo de los niños no estaba prohibido y si lo estaba nadie decía nada.
Por la noche volvía a su casa sola, y tampoco nadie la acompañaba a no ser el dolor de espalda de aquel cuerpecito aun no desarrollado que tenia que soportar un trabajo demasiado pesado.
Llegaba a su casa y cenaba una sopa de sobre y un huevo frito, mientras escuchaba los lamentos de su madre, los reproches , los gritos, mala hija, no vales lo que me cuestas, eres como tu padre, un vago, un criminal, eres mala, eres como él.
El padre de la niña era un miembro de un clan de la mafia, un contrabandista, un hombre malo, que con el tiempo también a ellas las abandonó.
La niña cenaba en silencio, escuchando los monólogos de la madre y luego se encerraba en su cuarto, intentando estudiar, a la niña le gustaba estudiar, eso le hacia olvidar su mundo y adentrarse en otros.
Cuando por fin se metía en la cama le costaba dormir, y empezaba a llorar, lloraba y lloraba hasta que no le quedaban lagrimas y luego rezaba, Oh Dios del universo, líbrame de esta situación, hazme crecer rápido, para que pueda irme de aquí, sálvame pues solo en tus manos está mi salvación.
Y había una voz que la decía: Ten paciencia, después de la dificultad viene la facilidad. Y escuchando esa voz tranquilizadora la niña se dormía.
Pero todo aquello que soportaba durante la semana no era nada al lado de lo que pasaba los sábados y domingos, los sábados y domingos venia aquel señor, entonces la cara de la madre se iluminaba, le cambiaba el carácter, ya no había de comer sopas de sobre ni huevos fritos, sino ricos manjares que aunque la madre no podía permitírselos los hacia para obsequiar a aquel señor, la niña podía comer, claro, pero el sabor de aquellos manjares se le antojaba clavos ardientes que le perforaban el estomago sabiendo lo que vendría después.
Cuando la madre no estaba o no miraba, el señor aquel le hacia a la niña unas cosas repugnantes que a la niña la hacían sentir asco de si misma, y si se lo contaba a la madre, ésta nunca la creía, la decía que era mala, que era mentirosa, que era como su padre.
Y por las noches volvía a llorar y volvía a rezar, esperando escuchar aquella voz, pero era otra voz muy distinta la que le decía: Termina de una vez, es muy fácil, encarámate a la ventana, salta, será muy rápido. Y la niña sacaba su pequeño cuerpo por la ventana, se sentaba en el alfeizar y miraba para abajo, si, realmente era muy fácil, luego miraba para arriba y veía el firmamento plagado de estrellas y se sentía pequeña, muy pequeña y se decía: Oh Dios del universo, quien soy yo para cambiar tus designios sino la mas pequeña e insignificante de tus criaturas. Oh Dios del universo, concédeme la paciencia y guíame al camino recto.
Luego recordaba la otra voz, después de la dificultad viene la facilidad, y volvía a entrar a dormir en su cama.
Y la niña tuvo paciencia, paso largos años rezando, llorando y encaramándose a la ventana, luchando entre saltar o quedarse simplemente allí, contemplando en el firmamento la grandeza del Dios del universo, y esperando, aun no sabia el que, pero deseando encontrar aquello que por fin la salvara de la maldad del mundo y del vacío de si misma.
Y llegó el día en que vino por fin la facilidad, el día en que al fin la niña que ya era mujer tuvo el consuelo, la paz y la recompensa, pues Allah, el Dios de universo le concedió la guía, el refugio, la paz y el consuelo. Le dio el inmenso regalo del Islam.
Y aquella niña, ahora mujer, se postró y dijo: Oh Dios del universo, que pocas fueron mis dificultades, que breve fue mi pena, que ligera mi carga, si era esto lo que me esperaba al final del camino.
Con los años la mujer tuvo un hijo, pero aquella mujer por primera vez en su vida pecó de orgullo, le pidió al Dios del universo un niño bueno, un niño religioso, un niño del paraíso.
El niño nació pero era un niño que no hablaba, ni sentía, ni se conectaba con el mundo, como una planta a la que solo hay que regar para que esté sana y crezca, pero de la que no se puede esperar mas reacción que la de ser un mero objeto, un niño perdido en el mundo caotico del autismo.
Y la mujer volvió a llorar como cuando era niña. Y la voz le dijo: ¿De que te quejas? ¿Acaso no pediste un niño del paraíso? Pues eso es lo que se te ha dado, un niño al que jamás se le pedirán responsabilidades, al que jamás se le juzgaran sus actos sean cuales sean, alguien que entrará al paraíso directamente y que tal vez hasta te arrastre con él y haga que se te perdonen tus muchos pecados.
Entonces la mujer se postro y dijo: Oh Allah, perdóname, pues solo tu eres el perdonador. Oh Allah consuélame, pues solo de ti viene el consuelo. Oh Allah guíame pues solo en tu misericordia encontrare la guía. Oh Allah haz mi camino fácil en esta vida y permíteme ser el mas humilde de tus siervos en el día en que no habrá mas sombra que la tuya.
Desde aquel día la mujer dejó de llorar y empezó a reír, pues cada vez que miraba a los ojos de su hijo veía en ellos la promesa del paraíso.

Que Allah nos facilite la dificultad, nos guíe al camino recto y nos conceda el consuelo del paraíso. Pues Allah concede la guía a quien quiere y a aquellos que en su desesperación y no esperando ya nada del mundo, alzaron sus ojos al cielo y le buscaron.

domingo, 21 de diciembre de 2008

viernes, 19 de diciembre de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

lunes, 8 de diciembre de 2008

viernes, 5 de diciembre de 2008

Adhan en Meca

Escucha al muadhin de Meca, Ma sha Allah

martes, 2 de diciembre de 2008

domingo, 30 de noviembre de 2008

Mawlay

El lado amable del Islam


Una película indonesia que intenta acabar con los estereotipos religiosos y mostrar el lado compasivo del Islam se ha convertido en uno de los mayores éxitos de taquilla en la nación musulmana más poblada del mundo.
Más de 3 millones de personas, incluyendo al presidente Susilo Bambang Yudhoyono y miembros del Gobierno, han abarrotado los cines para ver "Ayat Ayat Cinta" ("Versos de amor"), un romance islámico estrenado a mediados de enero.
La película trata algunos temas delicados como el tratamiento del Islam a las mujeres y la poligamia en la historia de Fahri Abdullah Shiddiq, un estudiante graduado indonesio de la Universidad Al-Azhar en Egipto y su lucha por enfrentarse a los problemas de la vida a través de las enseñanzas islámicas.
El cineasta Hanung Bramantyo, de 33 años y ganador de dos premios Citra, el equivalente indonesio de los Oscar, dice que su misión es presentar el Islam como una religión tolerante y pacífica.
"Quería contar una historia sobre el Islam desde un punto de vista universal," dijo Bramantyo a Reuters en su modesta oficina en el sur de Yakarta.
El portavoz del presidente Yudhoyono definió la película como una "antítesis" del video del parlamentario holandés Geert Wilders, difundido la semana pasada en internet y que acusa al Corán de incitar a la violencia.
La película de Wilders, titulada "Fitna," un término árabe traducido en ocasiones como "contienda," intercala imágenes de los ataques a Estados Unidos del 11 de septiembre y atentados islámicos con citas del Corán, el libro sagrado del Islam.
Por su parte, "Ayat Ayat Cinta" cuenta la historia de Fahri, un joven guapo e inteligente que tiene que elegir una esposa entre las cuatro atractivas mujeres que se enamoran de él.
Eventualmente decide casarse con Aisha, una estudiante turco-alemana con velo, pero pronto su vida se ve destruida cuando es acusado falsamente de violación, lo encarcelan y se enfrenta a la muerte por horca.
María, una cristiana copta egipcia, es la única que puede probar su inocencia, pero está muriendo de tristeza tras saber del matrimonio de Fahri. Aisha le suplica entonces que tome a Maria como a su segunda mujer para revivirla de un coma y que testifique en su favor.
Bramantyo afirma que piensa grabar ahora una versión extendida de la película para el mercado internacional.
"Los musulmanes no hablan sólo sobre el cielo y el infierno, o sobre la vida en el más allá, sino que también pueden hablar de amor, sobre enamorarse a primera vista," concluyó.

¿Porque todos me miran la cabeza?


Portada del libro '¿Por qué todos me miran la cabeza?', de Randa Abdel-Fattah.
En una sociedad cada vez más plural y multicultural la percepción del Otro ocupa un lugar fundamental como sinónimo de convivencia y progreso. La Galera –editorial española especializada en literatura infantil y juvenil– acaba de poner en las librerías el título ¿Por qué todos me miran la cabeza?, de Randa Abdel-Fattah, escritora australiana de origen egipcio-palestino. ¿Por qué todos me miran la cabeza? es una novela divertida, inteligente, vivaz y contemporánea, pero a la vez polémica, porque no rehúye comentar los retos de una sociedad cada vez más diversa y compleja. La trama de la obra se desarrolla en torno a Amal, una estudiante australiana de 16 años de padres musulmanes, que un día decide que llevará el hiyab, el pañuelo musulmán en la cabeza, a todas partes... incluido el instituto.
Con un estilo directo y desenfadado, que capta la problemática personal y social que comporta una decisión como la de la protagonista, el libro muestra cómo el paso que da la joven saca a la luz miedos y prejuicios, pero también amistad, solidaridad y compromiso. Superar la presión social, mantener a sus amigos y conquistar a los chicos son algunos de los retos que se le plantean a la joven Amal. Las respuestas pueden encontrarse en esta novela que invita a la reflexión, y que está aconsejada tanto para jóvenes como para adultos.
Su autora, Randa Abdel-Fattah, se define a sí misma como "nacida australiana- musulmana-palestina egipcia- enamorada del chocolate". Es miembro del Consejo Árabe de Australia y participa en campañas en favor de los derechos humanos. Mucho de lo que hay en la novela que ahora presenta tiene carácter autobiográfico.
La Galera, por su parte, es una editorial nacida en 1963 y especializada en literatura infantil y juvenil. Con 100 títulos publicados en 2008, la editora declara su compromiso con la educación y la cultura como aspectos clave para el desarrollo de una sociedad avanzada y madura.

Hace 24 años

بسم اللة الرحمن الرحيم
Assalamu aleykum.
El 7 de noviembre de 1984, hace mas de 24 años, fue el dia de mi boda, no guardo de ese dia ninguna foto, ni anillo de bodas, ni vestido, ni ningún regalo.
Cuando me casé yo aún no era musulmana, nos casamos para hacer lícita nuestra relación, en el centro cultural islamico de Madrid, ya que entonces no habia mezquita. Ni siquiera podiamos vivir juntos, ya que no teniamos casa, yo vivia con mi madre y mi esposo con sus hermanos.
El único regalo que recibí el dia de mi boda, a la que ninguno de mis familiares quiso ir, fue este: un Coran.

Me lo regaló el sheij del centro cultural islamico que nos casó, uno grande para mi esposo, y este pequeñito, el mismo de la foto, me lo regaló a mi.
Mi marido me dijo que se lo diera, que yo no lo podia tener, que al no ser musulmana no lo podia tocar, pero yo me negué, era mi único regalo de boda, y el único que seguramente tendria nunca.
Lo guardé en mi habitación como si fuera un tesoro, todas las noches lo miraba, empecé a estudiar árabe para poder leerlo, sin decirle nada a mi esposo, sin que él supiera que estaba intentando leer el Coran, tenía miedo que él me regañara, ya que me prohibió tocarlo.
Cuando aprendí lo basico para leer árabe lo leía todas las noches, aunque no sabia aún lo que decía, me hipnotizaba su lectura y a veces lloraba sin saber porque.
Empecé a leer libros sobre el islam, sin decirle tampoco nada a mi marido al que veí solo los fines de semana durante un rato, seguiamos sin tener casa y sin poder vernos mucho.
Un buen dia tomé mi decisión, me bañe, me purifiqué, coji en mis manos el Corán e hice la sahada completamente sola y sin testigos y recé por primera vez. Habian pasado unos 4 o 5 meses de nuestra boda.
Luego me fui a casa de mi marido con el hiyab puesto, casi se cae de espaldas de la impresión, y por mas explicación yo le dije "ashadu an la ilaha illa Allah ua ashadu anna Muhammadan rasulu Allah." "No hay mas dios que Allah y Muhhamad es su profeta"

Esa fue mi conversión al islam. Todavia guardo ese Corán, ya esta muy viejito del uso, pero para mi es irremplazable, ni aunque me lo cambiaran por otro nuevo.
Hamdulilah que nos concedió la guia y el regalo del Islam.
Um Bilal