domingo, 28 de junio de 2009

Hadices de An Nawawi. Hadiz 14

En un relato Ibn Mas'ud -que Dios este complacido con él- dijo:
El Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, dijo:
"No es permitido derramar la sangre de un musulmán excepto en uno de estos tres casos: el casado que comete adulterio, vida por vida y el que deja su religión y rechaza la comunidad".
Lo transmitierón al Bujari y Muslim.

jueves, 18 de junio de 2009

La curación por el Salat

La curación por el Salat


Nosotros, los médicos, hemos llegado ahora a aceptar un hecho conocido por nuestros pacientes durante siglos: que la curación viene de Allah, y que nosotros sólo somos un instrumento del Sanador. Damos la misma medicación a dos pacientes diferentes con el mismo tipo de problema médico o realizamos operaciones similares a dos pacientes con el mismo riesgo y uno sobrevive y el otro no. Es algo más que pura suerte. Tal como Sócrates apuntó, “Yo curo la herida y Allah la sana”. Esto también era conocido por el Profeta Abraham, “y cuando estoy enfermo, es Él quien me cura” (Corán, 26:80). Allah mismo lo ratifica diciendo “Si Allah te toca con una aflicción, nadie más que Él puede quitártela” (Corán, 6:17).


La Curación por el Corán

El Corán no es un libro de texto de medicina, más bien contiene normas orientativas que si se siguen promocionan la salud y la curación. Por esto el Corán se autodenomina libro de curación.

“¡Oh, seres humanos!, os ha llegado una exhortación de vuestro Señor, una curación para el corazón y para aquellos que creen en la guía y en la misericordia” (Corán, 10:57).

“Nosotros hemos hecho descender dentro del Corán la curación y la misericordia para los creyentes” (Corán, 17:82).

La curación por el Corán es de tres tipos:
Efecto legislativo: que incluye la fe (iman) en Allah no sólo como el Creador sino también como el Mantenedor y el Protector. Aquí se incluye también los beneficios médicos de las prácticas obligatorias de las oraciones, del ayuno de Ramadán, del impuesto solidario y de la peregrinación.
Líneas maestras para la salud: cuestiones de promoción de la salud a partir del Corán y la tradición del Profeta Muhammad (la paz sea con él) incluyendo el uso de la miel, las olivas, la fruta, la carne magra, evitando el exceso en la comida, y la prohibición del alcohol, el cerdo, la homosexualidad, la promiscuidad sexual y el sexo durante la menstruación.
El efecto curativo directo del Corán: la recitación del Corán por parte del enfermo o para el enfermo (ruqya) ha mostrado tener un efecto curativo directo. Esto lo más probable es que se base en los beneficios médicos del eco.
El eco del sonido es una fuerza tan poderosa que ha sido usada para volar montañas. Actualmente la versión en miniatura del eco es usada en medicina para romper las piedras del riñón (litotricia), las piedras de la vesícula biliar, e incluso las vegetaciones de la endocarditis bacteriana subendotelial. El escuchar la recitación del Sagrado Corán ha sido demostrado, en un estudio dirigido por el Dr. Ahmed E. Kadi y sus colaboradores, que baja la presión arterial, el ritmo cardíaco, y que causa la relajación de la musculatura lisa en árabes musulmanes, en musulmanes no árabes e incluso en no musulmanes. Se postula que el órgano diana del eco de “Alif Lam Mim” (las primeras tres palabras de la sura Al-Báqarah, el 2º capítulo del Corán) es el corazón, y el del eco del sura Ya-sin (capítulo 36) es la glándula pituitaria del cerebro. Así el Profeta Muhammad siempre insistía en leer el Corán (recitación coránica) en voz alta y no de forma silenciosa, “La comparación entre un lector silencioso y un recitador es como una botella de perfume cuando está abierta y cuando está cerrada.”

El Uso de la Meditación en la Oración y en la Curación
La meditación incluye actos de recuerdo y comunicación con Allah tal como nos ha sido ordenado.

1. “Cuando Mis siervos te pregunten por Mí, estoy cerca y respondo a la oración de quien invoca cuando Me invoca. ¡Que Me escuchen y crean en Mí! Quizás, así, sean bien dirigidos.” (Corán, 2:186).
2. “Vuestro Señor ha dicho: «¡Invocadme y os escucharé!” (Corán, 4:60).
3. “Quienes crean, aquéllos cuyos corazones se tranquilicen con el recuerdo de Alá -¿cómo no van a tranquilizarse los corazones con el recuerdo de Alá?” (Corán, 13:28).
4. “¡Acordaos de Mí, que Yo Me acordaré de vosotros! ¡Dadme las gracias y no Me seáis desagradecidos!” (Corán, 2:152).
5. “Recuerda mucho a tu Señor y glorifícale, al anochecer y al alba.” (Corán, 3:41).
6. “Los que recuerdan a Alá de pie, sentados o echados” (Corán, 3:191).
7. “Alá ha preparado perdón y magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas” (Corán, 33:35).
8. “¡Creyentes! ¡Recordad mucho a Alá! ¡Glorificadle mañana y tarde!” (Corán, 33:41-41)


Dichos del Profeta Muhammad
El Profeta Muhammad, como todos los otros profetas de Allah, estaba ocupado con el recuerdo de Allah la mayor parte del tiempo. Se sabe que dijo:
1. “Hay un pulido para todo que quita el óxido, y el pulido para el óxido del corazón es el dhikr (recuerdo) de Allah.”
2. Se le pidió qué gente era más virtuosa y más altamente estimada por Allah en el Día del Juicio. El mensajero de Allah (s) respondió “Los que recuerdan a Allah a menudo.”
3. Se narra en un hadiz qudsi (revelado directamente al Profeta Muhammad) “Allah el Altísimo dice: soy como mi Sirviente cree que soy. Estoy con él cuando hace mención de Mí. Si Me menciona para sí mismo, Yo hago mención de él para Mí mismo. Si Me menciona en una asamblea, Yo hago mención de él en una asamblea mejor que esa. Si se acerca un palmo a Mí, Yo me acerco a él una brazada, si viene a Mí andando, Yo voy a él corriendo.”
Así pues, la meditación/el recuerdo ha sido una práctica de todos los sheijs sufíes. En palabras del Sheij al-Mursi: “el dhikr (la meditación) es del agrado de Allah, vence y aleja a las fuerzas del mal, aumenta la vida, hace la personalidad más prestigiosa, purifica el corazón, quita las faltas y protege a la lengua de la mentira, el chismorreo, la difamación y la hipocresía, mientras está ocupada en el recuerdo de Allah.”

Petición de Ayuda mediante la Plegaria
Según el Imam Ghazali, la enfermedad aumenta la fe y acerca al hombre a Allah. Conociendo esta naturaleza, se nos dice en el Corán:
“¡Vosotros, los que creéis, buscad ayuda en la paciencia y en la azalá! Alá está con los pacientes.” (Corán, 2:153)
El Profeta Muhammad acostumbraba a confortar a los enfermos que visitaba y les recitaba la siguiente plegaria:
“¡Oh Allah! Aleja la aflicción, ¡Oh Señor de la humanidad!, concédenos la curación porque Tú eres el Sanador. Sólo hay curación desde Ti, una curación que no deja tras de sí rastro de enfermedad.”
Él también realizaba la plegaria siguiente para su propia salud:
“¡Oh Allah! Cura mi cuerpo, cura mi corazón y cura mi vista de cualquier enfermedad” (repetida 3 veces).

¿Funciona curativamente la oración?
Por supuesto. El Dr. Larry Dossey, en su libro “Las palabras sanadoras”, ha documentado los efectos curativos de la oración. Cita un ejemplo de la investigación dirigida por el Dr. Byrd en el Hospital General de San Francisco en 1988, en la que se dividieron en dos grupos a 393 pacientes con enfermedad cardíaca grave admitidos en la unidad de cuidados intensivos durante un período de 10 meses. A los pacientes del grupo (A) se les realizaron plegarias por su nombre hasta que salieron del hospital. A los del grupo (B) no se les realizaron plegarias. A los que realizaban las plegarias no se les dijo cómo hacerlas. Los resultados fueron muy interesantes. A los que se les hicieron plegarias salieron del hospital antes, tuvieron una baja incidencia de paradas cardíacas, una menor incidencia (2 veces y media) de fallo cardíaco congestivo y necesitaron una quinta parte menos de antibióticos. El equipo investigador también observó que la oración combinada con una atención amorosa funcionaba todavía mejor. Los hombres con angina de pecho y una esposa amorosa y atenta presentaron una reducción del 50% en su angina respecto a los hombres solteros o divorciados.
La oración tiene su efecto incluso durante el sueño. El Profeta Muhammad nos aconsejó recitar las oraciones del Corán (las suras Ikhlas, Al Falah, Annas y/o el último ayat de Al Báqara (Corán, 2:286) antes de ir a dormir.

Mi Propia Práctica
Yo hago dzikr en todo mi tiempo libre, especialmente cuando conduzco, y pido para mí mismo, para mi familia, para mis amigos y para mis pacientes por el nombre, sabiendo que la curación sólo viene de Allah.
Una vez visité a una enferma muy grave que tenía un tumor adrenal (feocromocitoma) y estaba en choque hipotenso. Le pedí qué podía hacer por ella, y ella, en su desesperación (los médicos la habían desahuciado), me pidió que hiciera plegarias. De manera que coloqué mi mano sobre el lugar del tumor, recité la plegaria del Profeta y me fui. Cuando volví al día siguiente, me sorprendí al verla sentada en la cama sonriendo. Me contó que por la noche, el radiólogo le hizo una radiografía de nuevo y no encontró rastro del tumor. No podía explicárselo, pero pensó que quizás el arteriograma podía haber infartado el tumor.

Las Práctica Sufíes
En el tratamiento de las enfermedades, los Sufíes usan las oraciones y el conocimiento de ayats específicos del Corán y los nombres de Allah. Se llama la Ciencia del Tawhîd. Usan la ciencia de la numerología asociada con el alfabeto árabe. Se debe saber que la curación no proviene de un trozo de papel, de palabras o números, sino de Allah. En mi humilde opinión, el Tawhîd sólo es un camino para llegar a ser consciente de Allah y recibir Su misericordia como resultado.

Dr. Shahid Athar.
Profesor de Medicina asociado al Departamento de Clínica de la Escuela Universitaria de Medicina de Indiana. Presidente de la Asociación Médica Islámica de Norteamérica. Miembro de la Academia Islámica de las Ciencias (IAS).

Fuente del artículo: http://www.musulmanesandaluces.org/hemeroteca/44/la_curacion_por_el_salat.htm

jueves, 11 de junio de 2009

El agua en el Islam

El agua en el Islam


Por Francesca De Chatel

Siendo una religión universal nacida inicialmente en los áridos desiertos de Arabia para completar el mensaje de los anteriores profetas y hacer descender la revelación en su último mensaje (Qur’an), el Islam dota con las más sagradas cualidades al agua, como dadora de vida, y fuente de sustento y purificación. Es el origen de toda la vida en la tierra, la sustancia de la cual Allah creó al hombre (Surat Al-Furqan, 25:54). El Quran enfatiza su importancia capital: "Hemos hecho de agua todo ser viviente" (Surat Al-Anbiyaa’ 21:30). El agua es el elemento primario que existió incluso antes que los cielos y la tierra: "Y es Él (Allah) quién creó los cielos y la tierra en seis días, y su Trono estaba sobre las aguas" (Surat Hud 11:7).

El agua de la lluvia, ríos y fuentes fluye a través de las páginas del Quran para simbolizar la benevolencia de Allah: "Él (Allah) hace descender lluvia salvadora para ellos cuando ellos han perdido toda la esperanza, y esparce su misericordia a su alrededor" ( Surat Al-Furqan 25:48). Al mismo tiempo, a los creyentes se les recuerda constantemente que es Allah Quien provee de agua dulce a las personas, y que Él puede también fácilmente detenerla: "Considerad el agua de la cual bebéis. ¿Fuistéis vosotros los que la hicistéis bajar de la nube o Nosotros? Si nos hubiera complacido, la habríamos hecho amarga". (Surat Al-Waqi`ah 56:68-70). En este versículo se advierte a los creyentes que ellos son sólo los guardianes de la creación de Allah en la tierra; ellos no deben desvirtuar Su Ley entre sus propias manos.

Ahorrar agua

“La limpieza es la mitad de la fe,” dice el Rasul (saws) a sus Compañeros en uno de sus hadices. Estas bien conocidas y frecuentemente repetidas palabras, revelan no sólo la importancia capital de la pureza y la limpieza, sino también el papel esencial que el agua juega en el Islam. La purificación a través de la ablución (wudu') es un componente obligatorio del ritual de la oración islámica (salat); las oraciones llevadas a cabo en un estado impuro no son válidas. Esto quiere decir que los musulmanes están obligados a llevar a cabo la ablución ritual antes de cada una de las cinco oraciones diarias. Por otro lado, un ritual más exhaustivo se requiere en ocasiones específicas (gusl).
El Rasul (saws) insistía en la moderación y el ahorro en el uso del agua durante la ablución. El advirtió que cada paso del wudu’ (ablución) no debería hacerse más de tres veces antes de cada oración; el mismo Muhammad (saws) se lavaba cada parte solamente dos o tres veces, sin hacerlo nunca más de tres, incluso en el caso de que hubiera abundancia de agua. Los comentaristas añadieron "Los hombres de ciencia desaprueban la exageración y también el exceder el número de abluciones del Profeta (saws).”

El Islam también ofrece solución para las épocas de escasez, usando las acciones del Profeta (saws) como guía. Un día cuando el Profeta Muhammad (saws) estaba de viaje por el desierto con sus Compañeros, su esposa A’ishah (r.a.) perdió su collar. Ellos estuvieron bastante tiempo buscándolo, y cuando llegó el tiempo de la oración, el grupo no estaba cerca de una fuente de agua. Fue entonces cuando Allah Sobhana ua Ta'ala reveló el ritual del tayammum (ablución seca) al Profeta: "Oh vosotros los creyentes, … si estás enfermos o de viaje … y no podéis encontrar agua, entonces recurrid al polvo limpio y frotad ligeramente vuestra cara y vuestras manos con ello" (SuratAn-Nisaa’ 4:43). La tierra limpia se puede de este modo usar como un sustituto del agua en circunstancias excepcionales. De hecho, el Profeta (saws) reconoció la naturaleza pura de la tierra cuando dijo, “La tierra ha sido creada para mí como una mezquita y como medio de purificación.”

El agua y la Ley Islámica.


El árido clima desértico de Arabia, Oriente Próximo y el Sahara del Norte de Africa convierte al agua en un recurso altamente valioso y precioso. La Ley Islámica, la Shari`ah, se mete en grandes detalles en el tema del agua para asegurar la justa y equitativa dsitribución del agua en la comunidad.

La misma palabra Shari`ah está cercanamente relacionada con el agua. Está incluida en los antiguos diccionarios árabes y significaba originariamente "el lugar desde el cual uno desciende al agua". Antes del advenimiento del Islam en Arabia, la shari`ah era, de hecho, una serie de reglas sobre el uso del agua: shir`at al-maa’ eran los permisos que daban derecho a beber el agua. El término posteriormente se desarrolló técnicamente para incluir el corpus de leyes y normas prescritas por Allah.

El agua es un don de Allah. Es una de las tres cosas que se han autorizado a todo ser humano: la hierba (pasto para el ganado) el agua y el fuego. El agua debería ser de libre acceso para todos, y todo musulmán que retiene el agua que no necesita peca contra Allah: “Nadie puede negar el agua que sobra sin pecar contra Allah y contra el hombre.” Los hadices dicen que entre los tres tipos de personas que Allah ignorará en el Yaum al Qiam, estará “el hombre que, teniendo agua en abundancia superando sus necesidades, se la niegue a un viajero.”

Hay dos preceptos fundamentales que guían los derechos al agua en la Shari`ah: shafa, el derecho del sediento, establece el derecho universal de los seres humanos a saciar su sed y la de sus animales; shirb, el derecho al riego, da a todos el derecho a regar sus cosechas.

El agua en las imágenes del Paraíso islámico (Yanna)


Las metáforas del Qur’an en las cuales el agua es usada para simbolizar el Yanna, la rectitud, y la misericordia de Allah, son muy frecuentes. Desde las numerosas referencias en el Quran a los refrescantes ríos, la fresca lluvia, y las fuentes de agua de deliciosos sabores en el Yanna, se puede deducir que el agua es la esencia de los jardines del Yanna. El agua fluye por debajo y a través de ellos, trayendo frescura y verdor, y aplacando la sed. Los creyentes serán recompensados por su piedad con "ríos de agua siempre corriente; y ríos de leche que no cambian de sabor; y ríos de vino deliciosos para los que lo beben, y ríos de miel purificada" (Surat Muhammad 47:16). El agua del Yanna nunca se estanca; fluye, corre, a diferencia de las aguas corrosivas del Yahannam. El Qur'an también compara las aguas del Paraíso (Yanna) con la rectitud moral: "En el Jardín no hay charlas banales; hay una fuente que brota" (Surat Al-Ghashiyah 88:11-12).

La gran cantidad de referencias específicas sobre la topografía del Yanna en el Qurán han llevado a muchos intentos para trazar un mapa del Paraíso. A través de la historia, los gobernantes musulmanes desde la España islámica hasta Persia buscaron reproducir la imagen del Paraíso en el diseño de sus jardines palaciegos, creando elaboradas composiciones con base en el agua, piscinas y fuentes. Los jardines de la Alhambra, en Granada, los jardines de Bagh-é-Tarikhi en Kashan (Irán), y los jardines del palacio imperial de Marrakesh (Marruecos) dan testimonio de este deseo de emular el Paraíso descrito en Qur'an aquí, en la tierra. Todos están diseñados en torno al agua, y con fuentes que han sido sutilmente entretetejidas en el diseño de los hermosos parques, combinando así el agua con la belleza del paisaje natural, para llenar el alma humana con fé, alegria y felicidad.

domingo, 7 de junio de 2009

La araña


Siempre que veo una araña recuerdo cuando el profeta Muhammad (saws) se dirigió a la Montaña de Azur acompañado
por Abu Bakr y se ocultó en una cueva cerca de su cumbre cuando huia de los infieles que querían acabar con su vida.
Tan pronto como los fugitivos entraron a la cueva, una araña
comenzó a tejer una red en toda la entrada y un par de palomas
construyeron sus nidos en la boca de la misma cueva en la oscuridad
de la noche y al mismo tiempo colocaron varios huevos. Fue la
telaraña y los nidos con los huevos que hicieron que los enemigos
sedientos de sangre creyeran que Muhammad (saws) no podía estar
dentro de la cueva.Fue en este momento cuando
se acercaron tanto a la cueva que Abu Bakr comenzó a llorar,
temiendo de la posibilidad de ser descubiertos. Pero el Profeta lo
consoló diciendo,
«No temas; Ciertamente Allah está con nosotros»
(Corán, 9:40)
Subhana Allah, nunca dejara de asombrarnos la creación de Allah.




La araña: Un ingeniero proyectista . Ver el video en Islam en Linea: aqui

miércoles, 3 de junio de 2009

Hadices de An Nawawi. Hadiz 13

En un relato Abu Hamzah, Anas Ibn Malik -que Dios este complacido con él- , sirviente del Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, dijo que el Profeta -la paz y las bendiciones de Dios sean con él- dijó:
"Ninguno de vosotros cree, hasta que quiera para su hermano, lo que quiere para sí mismo".
Lo transmitierón al Bujari y Muslim.