sábado, 24 de abril de 2010

Sobre el aspecto del profeta Muhammad (saws)


El venerable Ali ibn Abî Tâlib, y quince de los Compañeros, han transmitido esta descripción del Mensajero Elegido, Muhammad Mustafá (Allah lo bendiga y le de paz):

En carácter y conducta fue el más perfecto de los seres humanos. Todos los grandes Profetas fueron físicamente perfectos y de bello rostro, pero el bienamado de Allah fue el más bello de todos.

Su casto cuerpo era hermoso, sus miembros bien proporcionados, y su figura sumamente atractiva, su frente ancha y su pecho amplio, así como sus palmas y el espacio entre sus hombros. Su cuello, largo y grácil, era como la plata pura. Sus hombros y brazos, así como las pantorrillas de sus piernas, eran robustos y macizos, mientras que sus muñecas eran estilizadas . Sus dedos eran bastante largos, y más bien gruesos como también sus manos. Su vientre bendito no era gordo, y no sobresalía debajo de su pecho. Sus empeines eran arqueados, no aplanados.

De altura mediana, estaba bien formado, poderoso y fuerte. No era demasiado delgado, ni tenía sobrepeso, sino un buen peso mediano. En cuanto a su piel bendita, era más suave que la seda. La gran cabeza, la frente arqueada y la nariz derecha estaban en perfecto equilibrio. Su rostro era más oval que circular, ni demasiado gordo ni demasiado redondo en las mejillas.

Sus cejas estaban juntas pero no se tocaban en el medio. No era cejijunto. Entre sus dos cejas había una vena que solía hincharse y sobresalir cuando se enojaba. Sus pestañas eran largas y los ojos negros, hermosos y muy grandes. En el blanco de sus ojos había un tinte rojo. Su coloración era clara, ni tan blanca como la tiza ni tan oscura como para ser moreno. El resplandor que brillaba en su rostro bendito era de un blanco rosado suave, brillante y reluciente. Sus dientes eran brillantes como perlas; los frontales centelleaban mientras hablaba, y cuando sonreía su boca bendita irradiaba destellos como de un exquisito relampagueo.

Cuando dejó crecer sus cabellos, crecieron hasta sobrepasar los lóbulos de las orejas. Su barba era espesa y abundante. No era larga, pero lo suficiente para aferrarla con su mano. Cuando partió hacia el mundo de la Eternidad, sus cabellos y su barba recién habían empezado a tornarse grises; tenía alrededor de veinte pelos grises en su cabeza y unos cuantos en la barba.

Su cuerpo estaba siempre limpio y tenía un dulce perfume. Ya sea que se perfumara o no, su piel olía mejor que el más fino de los perfumes. Cualquiera que le diera la mano podía percibir su agradable fragancia durante el día entero. Si le acariciaba la cabeza a un niño con su mano bendita, se podía distinguir a ese niño de los demás por su deliciosa fragancia.

En el momento mismo de su nacimiento vino al mundo limpio e impecable y naturalmente circuncidado. Nació con el cordón umbilical ya cortado, y sus sentidos eran inusualmente agudos. Podía oír a una gran distancia, y podía ver más lejos que cualquier otro. Todos sus movimientos eran suaves. Cuando iba a alguna parte, lo hacía serena y pausadamente, sin desviarse ni a derecha ni a izquierda, con paso enérgico y llano. Podía parecer como que estaba paseando, pero aquellos que se le acercaban quedaban rezagados, aun cuando caminaran rápido. Había luz y dulzura en su rostro bendito, fluidez y encanto en su habla.

Su lenguaje era claro y elocuente, y se expresaba con extraordinaria lucidez. Nunca hablaba innecesariamente y en todo lo que decía había sabiduría y buen criterio. Siempre se dirigía a la gente en el nivel de su comprensión. Su rostro sonreía, y sus palabras eran dulces. Nunca le dijo una mala palabra a nadie, ni trató mal a nadie. Jamás interrumpía a nadie. Era afable y humilde. Ni tenía mal carácter ni era grosero. Pero era serio e imponente. Su risa era una sonrisa. Una persona que lo veía imprevistamente quedaba llena de admiración y temor reverente.

Cualquiera que disfrutaba de su compañía y amistad llegaba a amarlo con toda su alma y su corazón. Respetaba a los virtuosos de acuerdo a sus rangos. Trataba también a sus familiares con gran respeto, no obstante jamás los prefería por sobre aquellos más honorables que ellos. Así como trataba con bondad a los miembros de su grupo familiar y a sus compañeros, trataba con la misma gracia y gentileza a otra gente también.

Era muy bueno con sus sirvientes. Les ofrecía lo mismo que comía él, y compartía sus mismas ropas . Era generoso, amable, tierno y compasivo, valiente y tolerante. Inamovible en el compromiso y la promesa, era fiel a su palabra, superior a todos en bondad de carácter y excelencia mental, digno de toda clase de elogio y encomio. Toda alabanza se la daba a Dios.

Resumiendo, tenía una forma bella, un carácter perfecto, un ser feliz y bendito, como igual jamás ningún otro ha sido ni será creado, que Allah lo bendiga y le de paz.

viernes, 16 de abril de 2010

La relatividad del tiempo

Actualmente la relatividad del tiempo es un hecho científico comprobado. Fue descubierta por la teoría de la relatividad de Einstein en los primeros años del siglo XX. Hasta ese momento la gente no sabía que el tiempo era un concepto relativo, y que podía cambiar según condiciones del entorno. El famoso científico Einstein lo demostró públicamente con la teoría de la relatividad, que muestra que el tiempo depende de la masa y de la velocidad. En la historia de la humanidad nadie había expresado con claridad este hecho anteriormente. Con una excepción: ¡el Corán incluía información sobre el carácter relativo del tiempo! Algunos versículos sobre el tema afirman:
(Un día con tu Señor es como mil años de los que contáis) (Corán 22:47)
(El dispone en el cielo todo lo de la tierra. Luego todo ascenderá a El en un día cuya duración es como mil años de los que contáis) (Corán 32:5).
(Los ángeles y el Espíritu ascienden hasta El en un día cuya duración es de cincuenta mil años) (Corán 70:4).
En algunos versículos se indica que la gente percibe el tiempo de manera diferente, y que algunas veces las personas pueden percibir como un período de larga duración lo que es sólo un corto lapso de tiempo. La siguiente conversación de la gente durante su juicio en el Más Allá es un buen ejemplo de esto:
"El dirá: '¿Cuántos años habéis permanecido en la tierra?' Ellos responderán: 'Hemos permanecido un día o parte de un día. ¡Interroga a los encargados de contar!' Dirá: 'No habéis permanecido sino poco tiempo, si hubierais sabido..." (Corán 23:112-114).
El hecho de que la relatividad del tiempo esté tan claramente enunciada en el Corán, que comenzó a ser revelado en el 610 d.C., es otra evidencia de que es un Libro sagrado.

jueves, 1 de abril de 2010

LAS PROPIEDADES DEL KHOL

El khol es muy beneficioso para las vistas cansadas, contra el parpadeo y contra la entrada de agua. Evita la entrada de suciedad en el ojo y tambien contra el dolor ocular y escozor. Limpia el ojo, fortalece la vista y evita la tensión ocular. Recomendable su uso diario o semanal ya que previene las enfermedades oculares. Recomendado en niños y ancianos. Instrucciones de uso: utilizar el pasador antes de dormir o en cualquier hora del día en los párpados.
Abdullah ibn Umar (que Allah esté complacido con él) narra que el Mensajero (sallallahu alayhi wa salam) dijo:
"Debeis usar Kohl para mejorar la vista y hacer que las pestañas crezcan".[Hasan, Sahih Ibn Maja 3495].
Jabir (que Allah esté complacido con él) dijo: "Escuché que el Mensajero (sallallahu alayhi wa salam) dijo: "Debeis usar Kohl para mejorar la vista y hacer que las pestañas crezcan".[Hasan, Sahih Ibn Maja 3496].
Abdullah Ibn Abbas (que Allah esté complacido con él) narró que el Mensajero (sallallahu alayhi wa salam) dijo: "El mejor de vuestros Kohl es el Ithmid, ya que mejora la vista y hace que las pestañas crezcan". [Hasan, Sahih Ibn Maja 3497].
Ibn Al Qaiyum dijo, "Ithmid es el mejor tipo de Kohl utilizados para el ojo, especialmente para las personas mayores cuya visión se ha debilitado." [p.251 del libro La Medicina del Profeta por el Imam Ibn Al Qayiim].
Ibn Al Qayiim dijo, " Ithmid es el Kohl de piedra negra Kohl, el Kohl tiende a ser frío y seco y es beneficioso para la vista, ya que fortalece y refuerza también el nervio óptico. Ithmid disuelve el exceso de carne que rodea las úlceras y cierra la heridas, mientras que limpia tambien el área alrededor de ellos. " [p.251 del LIbro: La Medicina del Profeta por el Imam Ibn Al Qayiim].
Ibn Al Qayiim dijo, "El Ithmid también alivia el dolor de cabeza cuando se mezcla con la miel líquida pura. El Ithmid cuando es molido y mezclado con grasa de licitación y luego se usa como un vendaje sobre quemaduras, evita la aparición de ampollas y también ayuda a curar el daño de la piel que se produce en los casos de quemaduras por fuego. " [p.251 del Libro: La Medicina del Profeta por el Imam Ibn Al Qayiim].