domingo, 30 de noviembre de 2008

Mawlay

El lado amable del Islam


Una película indonesia que intenta acabar con los estereotipos religiosos y mostrar el lado compasivo del Islam se ha convertido en uno de los mayores éxitos de taquilla en la nación musulmana más poblada del mundo.
Más de 3 millones de personas, incluyendo al presidente Susilo Bambang Yudhoyono y miembros del Gobierno, han abarrotado los cines para ver "Ayat Ayat Cinta" ("Versos de amor"), un romance islámico estrenado a mediados de enero.
La película trata algunos temas delicados como el tratamiento del Islam a las mujeres y la poligamia en la historia de Fahri Abdullah Shiddiq, un estudiante graduado indonesio de la Universidad Al-Azhar en Egipto y su lucha por enfrentarse a los problemas de la vida a través de las enseñanzas islámicas.
El cineasta Hanung Bramantyo, de 33 años y ganador de dos premios Citra, el equivalente indonesio de los Oscar, dice que su misión es presentar el Islam como una religión tolerante y pacífica.
"Quería contar una historia sobre el Islam desde un punto de vista universal," dijo Bramantyo a Reuters en su modesta oficina en el sur de Yakarta.
El portavoz del presidente Yudhoyono definió la película como una "antítesis" del video del parlamentario holandés Geert Wilders, difundido la semana pasada en internet y que acusa al Corán de incitar a la violencia.
La película de Wilders, titulada "Fitna," un término árabe traducido en ocasiones como "contienda," intercala imágenes de los ataques a Estados Unidos del 11 de septiembre y atentados islámicos con citas del Corán, el libro sagrado del Islam.
Por su parte, "Ayat Ayat Cinta" cuenta la historia de Fahri, un joven guapo e inteligente que tiene que elegir una esposa entre las cuatro atractivas mujeres que se enamoran de él.
Eventualmente decide casarse con Aisha, una estudiante turco-alemana con velo, pero pronto su vida se ve destruida cuando es acusado falsamente de violación, lo encarcelan y se enfrenta a la muerte por horca.
María, una cristiana copta egipcia, es la única que puede probar su inocencia, pero está muriendo de tristeza tras saber del matrimonio de Fahri. Aisha le suplica entonces que tome a Maria como a su segunda mujer para revivirla de un coma y que testifique en su favor.
Bramantyo afirma que piensa grabar ahora una versión extendida de la película para el mercado internacional.
"Los musulmanes no hablan sólo sobre el cielo y el infierno, o sobre la vida en el más allá, sino que también pueden hablar de amor, sobre enamorarse a primera vista," concluyó.

¿Porque todos me miran la cabeza?


Portada del libro '¿Por qué todos me miran la cabeza?', de Randa Abdel-Fattah.
En una sociedad cada vez más plural y multicultural la percepción del Otro ocupa un lugar fundamental como sinónimo de convivencia y progreso. La Galera –editorial española especializada en literatura infantil y juvenil– acaba de poner en las librerías el título ¿Por qué todos me miran la cabeza?, de Randa Abdel-Fattah, escritora australiana de origen egipcio-palestino. ¿Por qué todos me miran la cabeza? es una novela divertida, inteligente, vivaz y contemporánea, pero a la vez polémica, porque no rehúye comentar los retos de una sociedad cada vez más diversa y compleja. La trama de la obra se desarrolla en torno a Amal, una estudiante australiana de 16 años de padres musulmanes, que un día decide que llevará el hiyab, el pañuelo musulmán en la cabeza, a todas partes... incluido el instituto.
Con un estilo directo y desenfadado, que capta la problemática personal y social que comporta una decisión como la de la protagonista, el libro muestra cómo el paso que da la joven saca a la luz miedos y prejuicios, pero también amistad, solidaridad y compromiso. Superar la presión social, mantener a sus amigos y conquistar a los chicos son algunos de los retos que se le plantean a la joven Amal. Las respuestas pueden encontrarse en esta novela que invita a la reflexión, y que está aconsejada tanto para jóvenes como para adultos.
Su autora, Randa Abdel-Fattah, se define a sí misma como "nacida australiana- musulmana-palestina egipcia- enamorada del chocolate". Es miembro del Consejo Árabe de Australia y participa en campañas en favor de los derechos humanos. Mucho de lo que hay en la novela que ahora presenta tiene carácter autobiográfico.
La Galera, por su parte, es una editorial nacida en 1963 y especializada en literatura infantil y juvenil. Con 100 títulos publicados en 2008, la editora declara su compromiso con la educación y la cultura como aspectos clave para el desarrollo de una sociedad avanzada y madura.

Hace 24 años

بسم اللة الرحمن الرحيم
Assalamu aleykum.
El 7 de noviembre de 1984, hace mas de 24 años, fue el dia de mi boda, no guardo de ese dia ninguna foto, ni anillo de bodas, ni vestido, ni ningún regalo.
Cuando me casé yo aún no era musulmana, nos casamos para hacer lícita nuestra relación, en el centro cultural islamico de Madrid, ya que entonces no habia mezquita. Ni siquiera podiamos vivir juntos, ya que no teniamos casa, yo vivia con mi madre y mi esposo con sus hermanos.
El único regalo que recibí el dia de mi boda, a la que ninguno de mis familiares quiso ir, fue este: un Coran.

Me lo regaló el sheij del centro cultural islamico que nos casó, uno grande para mi esposo, y este pequeñito, el mismo de la foto, me lo regaló a mi.
Mi marido me dijo que se lo diera, que yo no lo podia tener, que al no ser musulmana no lo podia tocar, pero yo me negué, era mi único regalo de boda, y el único que seguramente tendria nunca.
Lo guardé en mi habitación como si fuera un tesoro, todas las noches lo miraba, empecé a estudiar árabe para poder leerlo, sin decirle nada a mi esposo, sin que él supiera que estaba intentando leer el Coran, tenía miedo que él me regañara, ya que me prohibió tocarlo.
Cuando aprendí lo basico para leer árabe lo leía todas las noches, aunque no sabia aún lo que decía, me hipnotizaba su lectura y a veces lloraba sin saber porque.
Empecé a leer libros sobre el islam, sin decirle tampoco nada a mi marido al que veí solo los fines de semana durante un rato, seguiamos sin tener casa y sin poder vernos mucho.
Un buen dia tomé mi decisión, me bañe, me purifiqué, coji en mis manos el Corán e hice la sahada completamente sola y sin testigos y recé por primera vez. Habian pasado unos 4 o 5 meses de nuestra boda.
Luego me fui a casa de mi marido con el hiyab puesto, casi se cae de espaldas de la impresión, y por mas explicación yo le dije "ashadu an la ilaha illa Allah ua ashadu anna Muhammadan rasulu Allah." "No hay mas dios que Allah y Muhhamad es su profeta"

Esa fue mi conversión al islam. Todavia guardo ese Corán, ya esta muy viejito del uso, pero para mi es irremplazable, ni aunque me lo cambiaran por otro nuevo.
Hamdulilah que nos concedió la guia y el regalo del Islam.
Um Bilal