jueves, 20 de agosto de 2009

La súplica

LA SÚPLICA
En el Islam, la súplica tiene un rango elevado, pues es el indicador de la necesidad exclusiva de Allah que siente el corazón del sier­vo y de cómo éste se encomienda a Allah en todo lo que anhela y lo que teme. La súplica es un culto en el que el siervo sabe que el que da el provecho y el que deja llegar el daño, el que otorga y el que niega, no es otro que Allah, de modo que somete su corazón a su Señor, alzando las manos a El en todos sus asuntos y pidiéndole ayuda y aliento. Pues Al­lah, Bendito y Altísimo, está más cerca de Sus siervos que la vena yugu­lar; nada se Le esconde, cercano ni lejano, pues todo está igualmente en el Conocimiento de Allah. No hay confidencia entre tres sin que Él sea el cuarto de ellos, ni entre cinco sin que Él sea el sexto, ni que sean menos o más que esto sin que Él esté con ellos, dondequiera que se hallen.
Según el hijo de ‘Abbas (Allah esté satisfecho con ambos) los judíos habían dicho: «¿Cómo va a oír nuestro Señor nuestra súplica si pretendes que entre nosotros y el cielo hay una distancia de quinientos años, y que el espesor de cada cielo es semejante a ése?» Entonces fue revelada la aleya:
Vuestro Señor ha dicho. Pedidme y os daré. Aunque hay otra versión sobre las circunstancias de su revelación. Dijo al-Hasan: «Uno de los Compañeros del Profeta (Paz y Bendiciones sean con Él) dijo: “¿Está cerca nuestro Señor para hablarle al oído, o está lejos para llamarlo en voz alta?” Y habría sido revelada la aleya«.
Transmitió el Imam al-Laith, basándose en la autoridad de Shahr Ibn Haushab, que se lo había oído al Profeta (Paz y Bendiciones sean con Él) : «Se le han dado) a mi nación tres cosas que no han sido dadas sino a los profetas. Cuando Al­lah enviaba a un profeta le decía: Pídeme y te daré. Y a esta nación le ha dicho: Pedidme y os daré«. Y lo explica así: «No te ha impuesto) en la reli­gión una carga severa. Y cuando Allah enviaba a un profeta lo ponía de testigo de su pueblo; y Allah le ha dicho a esta nación que sean testigos de las gentes«.
¿Qué circunstancias se tienen que dar para que el suplicante pida y le sea dado?
Hay una gran verdad en la aleya «Y os daré», pero no se trata de una obli­gación absoluta, sino que el Altísimo detalla: Pedid a vuestro Señor con fer­vor }‘ en lo oculto. en verdad no aprecia a los transgresores. Y no corrom­páis en la tierra después de haber sido pacificada, más bien invocado con temor y esperanza, pues la misericordia de Allah está al alcance de los bienhechores.
La respuesta queda a la voluntad de Allah: Si quiere os salvará de lo que imploráis, y entonces os olvidaréis de los asociados que Le habéis atri­buido.
El Imam Ibn ‘Abd-al-Barr ha transmitido, considerándolo lo correcto (sahíh), y basándose en Abú Said al-Judrí, que el Mensajero de Allah (Paz y Bendiciones sean con Él) dijo: «No hay un solo musulmán que ruegue a Allah con una súplica desprovista de pecado y de abandono de los familiares sin que Al­lah le conceda una de entre tres cosas: Concederle lo que pide, atesorár­selo, o apartarle un mal equivalente». Dijeron: «¡Entonces tenemos que pedir en abundancia!« Y dijo: «Allah da en abundancia«.
Y según transmite el Imam Muslim: «Allah os otorga lo que pedís con tal de que no tengáis prisa«. Dijeron: «¡Oh, Mensajero de Allah! ¿Qué quie­res decir con la prisa?» Y dijo: «Decir: “He pedido y no se me ha concedi­do. Y entonces desesperar y abandonar la súplica”».
Existen condiciones que hacen aceptable la súplica; condiciones que se han de dar en el suplicante, y condiciones en lo suplicado.
Las condiciones del suplicante son:
1) Que sepa bien que sólo Allah puede satisfacer su necesidad, pues todos los medios se encuentran en su poder y bajo la voluntad de Al­lah. Dirigir el corazón a otro que no sea Allah indica una convicción débil.
2) Dirigirse a Allah con el corazón al suplicar, con una intención sin­cera, no pidendo a Allah con la boca mientras el corazón está dis­traído.
3) Alimentarse lícitamente. El Profeta (Paz y Bendiciones sean con Él) le dijo a S´ad, cuando le pidió que su súplica fuese atendida: «Que tu comida sea buena, y tu súplica será atendida.» Ha transmitido Muslim, tomándolo de Abú Hurayra: «El Mensajero de Allah (Paz y Bendiciones sean con Él) ha dicho: “Allah es bueno y no acepta sino lo bueno. En verdad, Allah Altísimo les ha ordenado a los creyentes lo que les había ordenado a los Enviados, a los que les había dicho: ¡Oh, Enviados! Comed de las cosas buenas y haced el bien. Ciertamente sé lo que hacéis. Y asimismo dijo el Altísimo: ¡Voso­tros que tenéis fe! Comed de las cosas buenas de las que os hemos hecho provisión y dad gracias a Allah, si es que Le rendís culto. A con­tinuación mencionó al hombre que hace largos viajes, desgreñado, desaliñado y cubierto por el polvo del camino, el cual extiende las manos al cielo diciendo: “¡Señor mío! ¡Señor mío!” pero su comida es ilícita, su bebida es ilícita, su ropa es ilícita y se alimenta de lo ilícito ¿cómo quiere que Allah atienda su súplica?”».
4) No apresurarse. Como reza el Hadiz: «Allah otorga lo que pedís con tal de que no tengáis prisa».
5) Abandonar los pecados y la rebeldía, que son un velo que impide la aceptación de la súplica. Tenemos en el Sahíh de Muslim que Allah, Poderoso y Majestuoso, acepta la súplica de Sus siervos excepto los que se enfrentan entre sí. Dice Allah(a los ángeles): «Dejad a estos dos hasta que lleguen a un acuerdo». Y tenemos en el Musnad del Imam Ahmad, tomándolo del Profeta (Paz y Bendiciones sean con Él) : «El cometer un pecado hace que el sustento sea ilícito». Por eso Allah ha determinado que se Le pida perdón como medio para apartar las preocupaciones y las desgracias y para que no falte el sustento. Como dice el Altísimo en la Sura de Nuh: He dicho: Implorad perdón de vuestro Señor, porque es Indulgentísimo, os enviará desde el cielo copiosas lluvias os acre­centará vuestra hacienda e hilos y os concederá ¡jardines y os depara­rá ríos. Y dice el Profeta (Paz y Bendiciones sean con Él) : «A quien pida perdón con cons­tancia, Allah lo librará de toda preocupación y estrechez, y le dará provisión de donde a él no se le ocurre».
6) La certeza al pedir, de forma que no se diga: «¡Allah mio! Perdóname si quieres» ya que Allah no tiene ningún impedimento.
También hay condiciones que ha de cumplir lo suplicado; a saber, que se trate de algo licito, desprovisto de cualquier trasgresión, injusticia, pecado o abandono de los familiares. Según relata al-Qurtubí en su comentario coránico: «Se le preguntó a Abraham, hijo de Adán: “¿Qué nos pasa para que pidamos a Allah y no se atienda nuestra súplica?” Y dijo: “Es que vosotros conocéis a Allah pero no Lo obedecéis; conocéis al Mensajero pero no seguís su práctica habi­tual; conocéis el Corán pero no actuáis de acuerdo con él; coméis lo que Allah os ha dado pero no sois agradecidos; conocéis el Paraíso pero no os dirigís hacia él; conocéis el Fuego pero no huís de él; conocéis al Diablo pero no lo combatís, sino que estáis de acuerdo con él; conocéis la muerte pero no os preparáis para ella; enterráis a los muertos pero no escarmentáis; olvidáis vuestras faltas y os ocupáis de las faltas ajenas”».

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